Cuando llegan ellas, Las ideas y el ambiente cambia.
Es el primer paso y es la preparación de los hilos. Se usa un banco de urdido en el que se realizan una serie de vueltas que se calculan según el ancho y largo del diseño. - Una vuelta, enfrente, atrás, cruzo y regreso y una vez más.-
Se saca la urdimbre del banco del telar y se van colocando todas las varas de madera que forman el telar. Es así como coloco cada hilo en su sitio y le cuento su misión.
Amarro el telar al extremo de un árbol y del otro extremo a mi cintura con un mecapal. Sentada, unida a mi telar, miro a los más de setecientos hilos que esperan ser tejidos.
Una y otra vez alzo y cuento los hilos. Poco a poco va cobrando vida. Otro poco más y alcanzo a ver asomándose, tímida, aquella nueva forma que está por nacer.
Contando y atando el final de los hilos creo el toque final: cruces, nudos, ritmo fusionados y delicadas puntas que acariciarán a quien los poseerá.